Lo esencial es invisible a los ojos

Lo esencial es invisible a los ojos

viernes, 12 de diciembre de 2014

P. Bruegel

El artista se ha recreado representando más de doscientos niños que aparecen jugando a más de ochenta juegos diferentes aunque algunos no son estrictamente juegos sino que se limitan a imitar las costumbres de sus mayores. 

Se trata de una verdadera escena costumbrista en la que el artista renacentista nos hace partícipes de la inocencia de la infancia.  

La escena se desarrolla en el exterior de una ciudad que ha sido tomada por los pequeños infantes; en ella se observan algunos edificios además de un bonito paisaje natural que evoca un idílico jardín a la derecha de la composición.

Entre las actividades de los pequeños se pueden observar juegos como la gallinita ciega, el escondite, la sillita de la reina, la cucaña o el potro pero también se pueden ver objetos lúdicos como peonzas, las tabas, aros metálicos, molinillos, etc... 

Es la época renacentista, además de los juegos infantiles, los más pequeños se trataban como si de auténticos adultos se tratase: las niñas están ataviadas con pañuelo a la cabeza y mantón sobre sus vestidos igual que sus madres, mientras los niños imitan las vestiduras de sus padres con calzas y camisa en la parte superior.

Brueghel el Viejo ha conseguido unificar el espacio de la amplia ciudad utilizando una gama de colores ocres, amarillentos y terrosos.

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